domingo, 30 de enero de 2011

Mamen Alegre, la poesía tras la piel



El sábado pasado debutó leyendo trece de sus poemas en la tertulia Mamen Alegre. Fue una agradable sorpresa encontrarnos con un concepto tan personal de la poesía como este.

Si la poesía posee siempre un ápice de sorpresa que la hace única y distinta del lenguaje diario, los poemas que tuvimos la oportunidad de leer y escuchar nos sorprendieron en primer lugar por la idea de la que parten. Podemos encontrarnos con ideas tan creativas como el olvidado tacto del aire, la calma de lo azul, el inquietante sonido de lo curvo, una petición de devolución de ojos perdidos, un agosto con algo más que calor, un septiembre que nos aborda por los codos, un octubre como una mancha en el suelo, una mujer con olor a uva, una batalla entre la creadora y el ruido, una Lisboa que amenaza con quedarse dentro de alguien, puertas como brazos, una montaña de grava con recuerdo a infancia, un contar de dedos infinito o unos ojos que buscan el mañana a la vez que el ayer.

El trasfondo de estos poemas ya es de por sí poesía. Pe
ro sus palabras, que en su primer poema, Olvidé, "son dolor / y que solo el dolor / las trae", le sirven para pararse de la vida y esperar la inspiración. Estas palabras tienen el color de Lo lento, un poema descriptivo donde llegamos a oír las voces de un zoco tunecino:

[...]Desaparece la calma y sabemos
de colores, de que el cielo bajó
despedazado,
de que somos voluntad y vamos y venimos,
mecidos, azules y párpados [...]

Un poema de sensaciones como también lo es Septiembre:

"Compartimos con él las bocas, la uva, el chocolate"

Pero a Mamen lo que le interesa de verdad es lo humano, los sentimientos y lo que se esconde bajo la piel como el miedo y la búsqueda del rincón de un abrazo en el poema Rincones:

Escucha el sonido de lo curvo.
El miedo ha llegado [...]

Es todo tan redondo,
que echo de menos un rincón
en el que acurrucarme.


o el poema de esa mujer-niña La mujer niña:

[...] Tenía también
aquella mujer que era niña,
un dolor que no ocupaba
lugar en su piel,
que no entendía[...]

Nos guía adentro de las personas, ya sea una tercera persona como en el poema anterior o con esa primera persona que lucha para seguir siendo ella misma en el poema Ensimismamiento:

Siento el paso de la tarde
sobre la casa [...]
Siento el ruido de la tarde, su gracia,
compitiendo con lo que intentas contarme.

o una segunda persona llevada a un recuerdo del que luego no tendrá fácil regresar:

[...] Qué será de ti si recuerdas Lisboa
y se te queda dentro.

No falta el inocente recuerdo de una montaña de grava convertida en un entrañable lugar de juego hasta el momento en que se empieza a perder esa misma inocencia y conoce el otro lado del mundo poetizado como una catarata de sensaciones:

Yo no sabía de tus besos rapaces,
ni de los límites del mundo [...]
Entendí en ese momento

que los pequeños restos
que de mí quedaron, podían
dedicarse a tareas diferentes.
Así tuve un lugar para los gatos,
otro para vagar bajo las nubes,
para contemplar el estruendo o para contemplar
la muerte,
para el silencio, para la tristeza pública,
para ser carne en la sombra caliente
de tu cuerpo,
para llorar a los pájaros,
para los árboles sordos;
para las heridas.

Y es que yo estaba entera
antes de que me besaras.

Hay pues, un tiempo fugaz para todo:

[...]Enséñame de nuevo a respirar
sin sentir el aire [...]
Ya sabes que dura
no más que el tiempo
de nacer un suspiro.
(de Como si nada ocurriera)

Necesité un cielo de palabras
para que los años regresaran
a mi espalda
Pero ¿y si todo es mentira?

¿Y si agosto no existe [...]

(de Cuentos)

[...] Porque se parece octubre
a una mancha en el suelo,

a la palabra anterior a la hoja caída,
y solo la luz es luz
cuando te nombro.


( de Octubre)

Pero sin duda, la pequeña joya es Un contar de dedos infinitos en el que pese al desgaste de lo imperfecto, situado en el mismo medio del poema, las caricias y el amor fluyen. Lo tenéis completo en su blog "Poesía al sol" al igual que algunos de los ya mencionados; así que para leerlo completo os envío a él: http://poesiaalsol.blogspot.com/. Aquí podemos conocer más del universo de Mamen, donde además nos regala imágenes que enriquecen sus poemas.

Al final de la tertulia, nuestro amigo Eladio sorprendió a Mamen con este poema compuesto con los títulos de sus poemas:



Olvidé un contar de dedos infinitos,
lo lento, los cuentos, puertas
y rincones

y quedarme como si nada quisiera
en la montaña de la grava,
el ensimismamiento de la mujer niña

y septiembre y octubre.
¿Qué será de ti si recuerdas Lisboa?



Indiscutiblemente se trata de una poesía tras la piel, que parte de lo profundo o de lo más aparentemente anodino, pero que, mediante un concepto original del poema nos conduce, con una palabra que a ella le gusta decir, entre los huesos, donde las palabras del día a día no llegan.

Mamen Alegre nos demostró ser una poeta preocupada por el tiempo de concepción del poema, el momento de limarlo hasta quedarlo limpio. Es cierto que no siempre disponemos de ese tiempo en la vida diaria, cosa de la que la autora se queja, pero bien es cierto que desde su concepción nace el poema bastante puro.

En definitiva, se trata de una poesía que agrada, que ahonda y que llega y de la que quedamos en espera de más.

1 comentario:

  1. Gracias Javier por tus palabras y por dar forma junto a todos los que allí estuvisteis a una mañana especialmente cálida, a pesar del frío.

    Hasta pronto queridos amigos.

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