jueves, 19 de enero de 2012


Ana Belén nos ha traído a la Tertulia un manojo de poemas, bajo el título de “Habitados versos de mi esperanza”, con dos de las “tres heridas” de Miguel Hernández: la de la VIDA y la del AMOR. Poemas de donde emergen esos sentimientos de alegría, de ternura, de tristeza, de intranquilidad, de deseo… en esas primeras experiencias del ser humano cuando conoce el amor, con la extraordinaria capacidad y sensibilidad que posee el ser femenino y que a pesar de su juventud demuestra cierta madurez poética.

En el poema “Ausencia”, refleja el desamor, la falta del ser amado y deja una ventana abierta por donde se escapa el abandono de la infancia, el crecimiento interior y el camino hacia la madurez:
“Tiré mis muñecas por ti”

verso que resume, prácticamente la mitad del poema.

En “Incompleto mal de mi ser” refleja la intranquilidad, la inquietud, la soledad que produce el desamor y hasta el deseo del contacto físico:

“muero en la soledad de tu caricia”

De igual modo lo hace en “Tan sólo te pido una caricia”;

“Salgo al balcón de mis sentidos(…)”
“Busco a tientas en mi figura (…)!

“Tus manos que anhelo,
el tacto que me hace desmayar.”

Ana Belén nos demuestra toda su ternura y sensibilidad social en el poema “Este iracundo niño”, “…que no tiene lugar (…)/ “por calles oscuras/ y desoladas de la guerra”, fruto de su experiencia al ver un niño pobre, mal vestido en una calle, víctima fugitiva de un mundo hostil.

El desasosiego, la inquietud y el temor ante lo desconocido que produce el desamor aparecen también en los poemas “Temor efímero” (“quiero gritar/pero no tengo voz”) y en “Sé del silencio” (“Cuando llego desapareces como/espumas del mar y niebla antemperada.”).


Pero el ser humano resurge como el “Ave Fénix” de sus cenizas y nace el sentimiento de la esperanza. Así en el poema que lleva este nombre, escribe:

“…siento la esperanza de llegar la primera
para sentarme en la que será mi casa.”


En su último poema “Eres tú mi recuerdo”, yace una historia de amor y desamor donde aún pervive el recuerdo del ser amado porque…

“aún me siendo anclada
a aquellos recuerdos tatuados en mi cuarto”

Ana Belén utiliza aquí una preciosa imagen con la que culmina su poema.

Desde aquí le doy las gracias a Ana Belén Martín, por su sensibilidad y su valentía para plasmar en estos versos parte de lo que ha vivido y le animo a seguir escribiendo, a ir quemando etapas y al enriquecimiento con las lecturas. Gracias por todo.


Manuel Hurtado Fadrique.




Fotos Eladio Méndez

No hay comentarios:

Publicar un comentario